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El árbol de los libres

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Antonio Hernández

 

Éste es el árbol de los libres.

El árbol tierra, el árbol nube,

el árbol pan, el árbol flecha,

el árbol puño, el árbol fuego.

Lo ahoga el agua tormentosa

de nuestra época nocturna,

pero su mástil balancea

el ruedo de su poderío.

Pablo Neruda.

 

A la memoria de Luisa.

 

 

No podemos aceptar que el Congreso de Nuevo León busque construir un estacionamiento dentro de un espacio que actualmente es área verde. ¿A quién le sirve una obra de ese tipo, con su respectiva inversión millonaria? No es de interés público, indudablemente.

 

¿Por qué un nuevo lugar para los autos en esa zona? El personal en esa legislatura, si quiere acomodar su coche, sin demasiados problemas encontrará a una distancia de 300 metros a la redonda de su sede, al menos 30 sitios donde estacionar su auto. Esa distancia a un paso tranquilo, la recorre una persona en un tiempo promedio de 5 minutos.

Para saber si tiene sentido la defensa de un espacio verde, que en el contexto extenso de la ciudad en el Congreso lo puedan estimar como pequeño, podemos hacerlo considerando los valores definidos en ese tema para las ciudades. Usemos como referencia el estudio que la Universidad Autónoma de Nuevo León realizó para el Ayuntamiento de Monterrey (http://mtygob.com/imagenes/areas_verdes.pdf ), donde establecen parámetros deseables o requeridos de área verde para las ciudades con superficies de 9 metros cuadrados por habitante, siendo el idóneo entre 10 y 15.

En ese estudio también definen otros indicadores relevantes. Para Monterrey, considerando el número de habitantes y la extensión de la ciudad, se tienen 4.8 m2 de área verde por habitante (menor en casi un 50% de lo deseado). Pero este valor no aplica para toda la ciudad, porque en el centro de Monterrey el déficit es mayor, considerando que esta zona de la ciudad solo tiene 3.48 metros por habitante. O sea, para que lo sepan en el Congreso de Nuevo León, en la zona centro de la ciudad capital, ocupamos revertir el déficit y no ahondarlo, destruyendo los pocos espacios que ahora tenemos.

Si queremos lograr la meta deseable de área verde por habitante para el centro de Monterrey, debemos restituir un quebranto del 38 %. Para tener ese estatus de ciudad con espacios arborizados de calidad, sobre todo en el centro de la ciudad, no podremos lograrlo si se impulsan medidas como la del Congreso para desaparecer sitios que cumplen con los requisitos mínimos del tema.

 

Las decisiones en el Congreso relacionadas con aspectos ambientales no siempre han sido las mejores, en términos de beneficio público. Dos casos evidencian este hecho. No olvidemos aquel decreto que declaraba como obra de utilidad pública el túnel por la Sierra de la Silla, o el comodato de un terreno público en La Pastora a favor de una empresa trasnacional (FEMSA) para construir un estadio.

 

El terreno aledaño al edificio del Congreso de Nuevo León es de una extensión que corresponde a un poco más de 900 metros cuadrados. El área que cubren los árboles existentes en la zona (27 de acuerdo al conteo registrado por Bosque Urbano México) es de 700 metros cuadrados.

 

64 son los carros que quieren acomodar ahí, además de un edificio con algunos pisos. Pero recordemos, en el perímetro donde se encuentra el edificio de la legislatura, existen 30 lugares donde se puede estacionar carros (ver aquí: http://bit.ly/1sS2Nag ). ¿Qué necesita más la ciudad? Que prevalezca la razón, es lo mejor.

 

En el Congreso deben conducirse con honestidad y actuar de modo receptivo a las necesidades de la ciudad, en la cual no debe ser prioridad que haya más espacios para los carros, y si más áreas verdes de calidad.

 

Ese ecosistema urbano que buscan desaparecer, hoy se vuelve representativo de lo que debemos mantener. Quienes pretenden representar a la comunidad en la legislatura local, han de tener presentes cuando recomendaron a la Directiva del Parque Fundidora no construir un estacionamiento para un museo, en un sitio con numerosos árboles. Tengamos presente que la presión y movilización hicieron que ese proyecto no avanzara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De Reynosa hasta Laredo

 

¿Cuál será la razón de anunciar una alianza entre dos de los grupos criminales que nos tienen avasallados? En estos días, por los rumbos de las chulas fronteras del norte, las infernales balaceras han seguido cotidianas. También la vigilancia represiva de la población por esas tropas delincuentes. Solo propaganda, quizá.

 

Al final, ninguna novedad para la comunidad fronteriza en el estado de las chulas fronteras y las altas serranías.

Pero siempre ha sido así. Ahora recuerdo el corrido de los Pistoleros Famosos, del compositor Julián Garza (último integrante ya muerto del dueto norteño “Luis y Julián”, de los mejores intérpretes del género), en la versión de Los Cadetes de Linares, con la voz de Homero Guerrero, vocalista también ya fuera de este triste mundo material: “En los pueblitos del norte, siempre ha corrido la sangre”.

 

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